Una lágrima negra rodaba en mi mejilla, mientras que el retrovisor decía "ve qué pantorrillas", el vió un poco más. Saqué un cigarro algo extraño, de esos que te dan risa, me ofreció fuego deprisa y le temblaba la mano. Me preguntó"¿por quién llora?", le dije por un tipo, que se cree que por rico, puede venir a engañarme. No caiga usted por amores, debe de levantarse, me dijo, cuente con un servidor si lo que quiere es vengarse. Y le sonreí. Lo vi abrazando y besando a una humilde muchacha, es de clase muy sencilla, lo sé por su facha. Le sonreía en el espejo y me sentaba de lado... El estaba idiotizado, con el espejo empañado. Le dije doble en la esquina, iremos hasta mi casa, después de un par de tequilas, veremos qué es lo que pasa. Para qué describir lo que hicimos en la alfombra, si basta con resumir que me besó hasta la sombra, y un poco más.
Desde aquella noche ellos juegan a engañarnos, se ven en el mismo bar.