+No se qué hacer...
-¿Qué es lo peor que te puede pasar? ¿Que te arrepientas?
+Ponele que sí, que me arrepiento.
-Bueno, yo creo que para arrepentirse de algo o no, primero hay que hacerlo. Si no, siempre te vas a quedar con la duda. Hay un antes y un después, en mi caso lo hay. No sé, yo siempre hice todo como se supone que hay que hacerlo, como nos lo enseñan desde que somos chicos.
+¿Y si me arrepiento?
-¡No sabes decirme otra cosa! A ver, pensémoslo juntos: un poco antes te podes arrepentir y, seguramente, algo vas a perder. Durante, ya estás en el baile, ¡bailá! Y después, ya pasó, ya lo hiciste, ya experimentaste algo nuevo, ya sabes de qué se trata y podes no hacerlo nunca más o tomarlo como un estilo de vida, ¿ves? no es tan grave.
+¡Claro! Para vos no es grave porque estas en el baile desde hace años...
-Y no sabes qué bien me la paso bailando a mi propio ritmo...